DIH


El Derecho Internacional Humanitario (DIH) desde el inicio son un conjunto de normas inspiradas en el principio del ser humano como ser social. Este tiene como objetivo proteger a las víctimas en cualquier situación de violencia. Es decir, asegurar los derechos esenciales de la persona especialmente a quienes no participan en los enfrentamientos de forma que la dignidad humana no se vea vulnerada.


Es por esto que se considera que la población civil debe ser protegida igual que las víctimas de los conflictos armados. Los Derechos Humanos son el sustento de una democracia verdadera y se constituyen como parte de los principios básicos que rigen la vida social.




En el combate se maneja un nivel de riesgo, de estrés y de incertidumbre muy alto dada las condiciones que conlleva la guerra. Sin embargo, el accionar de los militares debe estar encaminado hacia el respeto de los Derechos Humanos y deben acatar las normas jurídicas de Derecho Internacional Humanitario.  

Es por ello que las Fuerzas Militares han establecido 5 estrategias para la consolidación de esta temática en sus integrantes como se evidencia en la cartilla de Estrategias en Derechos Humanos y en Derecho Internacional Humanitario: La primera es la “prevención” que consiste en la preparación de las tropas tanto en lo académico como en la práctica para evitar cualquier violación de la norma. Pero cuando las medidas preventivas no son tomadas en cuenta se pasa a la “disuasión” que es la reglamentación de procedimientos sancionatorios por parte del Gobierno Nacional. 




Como tercer punto está el “control” que se ejerce en las diferentes Unidades Militares para asegurarse que se esté cumpliendo con lo establecido, que lleva a delimitar el campo de maniobra de los oficiales. La cuarta es la “integración” que se traduce en las reuniones interinstitucionales para la debida actualización tanto de temas del ámbito militar como los relacionados con los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario. Finalmente, está la estrategia de “los estímulos” que está dirigida a destacar a los hombres que respeten y promuevan dichos compendios normativos. 

Por lo tanto, para las Fuerzas Armadas es indispensable transformar su Militar Guerrero en un Militar Ciudadano que esté al servicio de la sociedad.





Pese a la ardua labor que han desarrollado Las Fuerzas Armadas en la implementación y el aprendizaje de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario en Colombia, el historial judicial del país muestra que se han presentado varias situaciones en las que se ha visto cuestionada la institución. Incluso hay casos fallados desfavorablemente con grandes repercusiones en las relaciones internas de mando y subordinación. 

Hay también casos aislados como la muerte del Teniente Héctor Julián Villamil Pérez, a mano de uno de sus alumnos, Yordy Felipe Cárdenas, alférez de la Escuela Militar de Cadetes, General José María Córdova. Al parecer por un ataque de intolerancia. 

Así mismo, se ha presentado el fenómeno de “falsos positivos” que son bajas de civiles en combates irreales. En el año 2007 la justicia condena al mayor Orlando Arturo Céspedes Escalona, a 40 años de prisión por los delitos de concierto para delinquir agravado, desaparición forzada agravada y homicidio en persona protegida.


En Las Fuerzas Armadas de Colombia la integración con los civiles y la colaboración en la solución de algunas de sus necesidades inmediatas es clave dentro de la labor que hace el Ejército, ya que, el militar es ante todo un servidor público y un vocero de los derechos democráticos. Esta integración tiene como propósito final cambiar positivamente la voluntad y actitud de las personas, los civiles que no están inmersos en la guerra, y así ganar su confianza y legitimar el respeto hacia las tropas del ejército de su país para eliminar poco a poco el apoyo a los factores generadores de violencia interna, los cuales se vuelven una amenaza permanente contra la estabilidad de la nación y toda su infraestructura interna.

Es por ello que a la hora de participar en el combate prevalece el respeto por el tratado del Derecho Internacional Humanitario pues entre más repudiables sean las acciones generadas por el Ejército Nacional más rechazo recibirán sus combatientes.


Actualmente, la formación y la capacitación de los militares está encaminada al servicio de la sociedad y a promover el desarrollo humano integral, siendo entrenados con parámetros muy claros de “observancia irrestricta y respeto por los Derechos Humanos”, el Derecho Internacional Humanitario y el total cumplimiento de la ley, puesto que ninguna autoridad puede violar esta última con el pretexto de defenderla.

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